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Post by daleth on Mar 23, 2008 3:56:42 GMT -5
encontre esta pagina que queria compartir con tod@s vosotr@s, saludos a maria y a riu... todavia sigo por aqui ;D JESÚS NO RESUCITÓ EN DOMINGO SI NO EN PROTE SABBATON RELEAMOS MARCOS 16:9 LA FALSA CREENCIA DE CREER QUE SE REEMPLAZO EL SABADO POR EL DOMINGO ES POR EL DESCONOCIMIENTO DE LAS ESCRITURAS DEL EVANGELIO QUE FUE ESCRITO EN GRIEGO. No hay en el NT evidencia de que se remplazara el Sabado por el Domingo, me parece que no hay evidencia de semejante absurdo. La creencia del domingo se basa en la absurda traducccion e interpretación romana de Marcos 16:9 “Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena” (Marcos 16:9). el texto griego no dice "el primer dia de la semana", ni tampoco "domingo", sino prote sabbatou = del principio de sábado www.blueletterbible.org/tmp_dir/c/1153956692-7726.html#9 El texto debe traducirse asi: Pero habiendo resucitado (Jesús), en la madrugada del principio de Sábado, él se apareció primero a María la Magdalena,de la cual había expulsado siete demonios.(Marcos 16:9). ¿Por qué tergivesar la palabra sábado (sabbaton) por semana? ¿Por qué la Sociedad Bliblica no hace estas aclaraciones en sus Reina-Valera? Ni siquiera la WatchTower en su version Nuevo Mundo sabe traducir correctamente. Ni las Biblias catolicas saben traducir correctamente el PROTE SABBATON. Tendriamos que preguntarles a los eruditos traductores de la Reina-Valera y del Nuevo Mundo y a los traducores catolicos, lo que significa realmente PROTE SABBATOU, si significa EL PRINCIPIO DE SABADO o si significa EL PRIMER DIA DE LA SEMANA, porque la palabra SABBATON significa SÁBADO y no SEMANA. ESTO del PROTE SABBATON de Marcos 16:9 demuestra que Jesús fue crucificado y muerto a Mitad de la Semana, y no el falso viernes romanico.Esta misma frase griega PROTE SABBATON tambien se puede traducir como PRINCIPIO o COMIENZO DE SABADO. Vemos que si se intrerpreta que fue durante este dia que resucito Jesús durante la madrugada de este día, pues nos damos cuenta por el texto griego que fue en SABADO, en PROTE SABBATON, en el PRINCIPIO DEL DIA SABADO o COMIENZO DEL SABADO. EL TEXTO GRIEGO NO DICE "PRIMER DIA DE LA SEMANA", NI "DOMINGO", SINO QUE DICE PRINCIPIO DE SABADO, PROTE SABBATON PROTE SABBATON ES NOMINATIVO PROTE SABBATOU ES GENITIVO ¿DE DONDE SACO S. JERONIMO QUE SABBATON SIGNIFICA SEMANA?, CUANDO EN ESTRICTO GRIEGO SABBATON ES UN HEBRAISMO DE LA PALABRA SHABBAT O SABADO. ¿DESDE CUANDO PROTE SABBATON HA SIGNIFICADO DOMINGO ? EL TEXTO GRIEGO NO DICE QUE JESUS HAYA RESUCITADO EN DOMINGO SINO EN PROTE SABBATON, PRINCIPIO O COMIENZO DE SABADO
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Post by daleth on Mar 24, 2008 3:41:46 GMT -5
no leo, no estoy ni segura ni completamente segura, no se * si murio * si murio y resucito * si no murio y huyo al tibet * si no murio y huyo a francia * si....
en realidad tampoco estoy segura de otras cosas, como * quien sea quien dice ser, como sim (os acordais de el?), de cal, de .... (bueno, si creo que tu seas musico, jejejeee) * de si hay vida tras la muerte * de si estoy realmente viviendo o soy el sueño de alguien
solo estoy segura de lo que producen dos palabra en mi * amor, ponerse en el lugar de la otra persona, entenderlo y darse a l@s demas incondicionalmente * amistad, no fallar, hacer lo posible por esa persona, no tan solo palabras bonitas, estar ahi cuando las cosas van mal, luchar y ayudar a salir adelante por quien siento amistad
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Post by cacha on Mar 24, 2008 8:11:39 GMT -5
acerca de esto...
Hay algo que no puedo conciliar dentro de la logica, que quizas, con una perspectiva conjunta, podamos llegar a alguna idea mas aproximada de lo que acontecio en ese momento. El tema es la resurrección de Jesús.
Me da la impresión que los hechos que sucedieron después de la crucifixión van mas alla de los que relata el nuevo testamento, y encuentro una relacion muy lejana, pero posible, entre el pedir “pruebas” de una naturaleza divina y una impostura adquirida por alguien que dice ser tal o cual personaje...
Si leemos el nuevo testamento, veremos que los apóstoles siempre pusieron en duda la divinidad de Jesús, y solo lo aceptaban por momentos. Jesús se enfrentaba a el pedido constante de milagros, los que probarian su carácter de “sobrenatural”. Pero tambien, luego de su crucifixión, ellos se ocultaron...temerosos. Pero luego, por un fuerte motivo o “prueba”, como lo es resucitar de entre los muertos, ellos salieron de sus dudas y comenzaron a predicar, exponiéndose sin miedo a ser apresados.
Coloquemosnos , aunque sea muyyyyy lejanamente, en la piel de Jesús. Ver que luego de esta prueba de su “poder”, sus asociados mas cercanos en la carne, (recien ahí) salieron a predicar, es un poquito doloroso. O sea, “recien ahora, después de despejar toda duda, salieron a mostrar todo los que les enseñe”...diria Jesús, cuando todo el tiempo, aunque sea minimamente, dudaron de mi naturaleza. En la piel de Jesús, desde mi limitada optica, tambien pensaria que en algo falle, ya que luego de que me crucificaron y resucite, terminaron creyéndome...
O sea, la prueba de su resurrección es sobre la que se apoya la religión institucional...sin esa prueba, no habria cristianismo. Su mensaje se “valido” luego de esa prueba..antes de ella era un ejemplo de persona, un buen lider, un pastor de su rebaño etc...como lo fueron varios otros. Recordemos que por esas epocas, varios “mesias” o elegidos pululaban por alli...pero Jesús se destaco por sobre ellos por esta prueba tangible y concreta.
Con el tiempo, su mensaje de la paternidad de dios y la filiación entre los hombres, fue aceptado y sin dudas es mayor pilar para la fe de todas las generaciones venideras, quienes no lo conocieron en vida y tuvieron como unica prueba de la realidad de Jesús escritos como el nuevo testamento.
Lejisimos estoy de cuestionar a Jesús por sus acciones, pero siempre me pregunte que hubiese pasado si como “prueba” de su divinidad hubiese aceptado el mostrar pruebas al instante... a quien se las pedia. No me caben dudas que los llamados milagros fueron mas “circunstanciales” que buscados por el mismo, ya que aceptar ser un milagrero lo hubiese colocado en ese lugar..el de sanador. Y si hubiese venido a ser un simple sanador, sus acciones seria demasiado selectivas (por el alcance fisico y limitativo de su vida en la carne) y discriminadoras (un milagro para unos, una sanacion para otros, una negación a salvar a un tuerto, una cura a un ciego etc) Si su misión era derramar pequeñas semillas de verdad en los corazones de esos hombres..lo logro, pero sin “quererlo”, sus hechos “sobrenaturales” quedaron registrados como “pruebas” de que quien sembraba era el GRAN SEMBRADOR..
En síntesis: La resurrección....¿es para ustedes la prueba definitiva?...¿o lo es su mensaje?...¿o es una conjunción de ambas?
Se que aquí hay varios que dominan mejor el nuevo testamento, u otros libros mejor que yo, por eso les pregunto, buscando escuchar sus análisis, para tratar de aclarar varios puntos.
El padre creo las leyes físicas...¿qué sentido le encuentran a que el las viole?
Según mi opinión, si podemos decir que las violo, fue involuntariamente...e inspirado en una misericordia divina EXTRAORDINARIA Seria doloroso para el ver a la gente sufriendo por enfermedades...y saber que a su minimo pedido, estas enfermedades desaparecerían...y a su vez, conteniéndose de hacer algo.
¿qué opinan?
Aclaración importante:
Antes que algun “suspicaz” vea en este post alguna doble lectura, sepa que estoy planteando solo un tema para discutir...nada mas. Cierto paralelismo que puedan ver entre el “dar pruebas” o no, es aplicable a cualquier rasgo de nuestras vidas. Yo puedo decir que soy el tataratataranieto de nostradamus y que herede su poder de vision...pero en la realidad no puedo acertar ni el numero que saldra a la noche en la lotería..y por mas que tenga un documento que me acredite como tal....mis poderes son un fiasco.
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Leo
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Post by Leo on Mar 24, 2008 22:30:11 GMT -5
Yo no nececito pruebas. A su debido tiempo me enteraré lo que realmente pasó.
Personalmente me gustaria ver otra fuente de informacion mas verídica y menos manoseada que el nuevo testamento. Lo que me importa y me sirve es el mensaje que dejó Jesús.
En el LU, Documento 188, al final del capitulo 3 dice:
""También existen muchas otras pruebas que indican que no toda la personalidad de Jesús estaba dormida e inconsciente durante este período de muerte física aparente.""
... aparente... Hmmm... ....
Si resucitó, o se exilió en francia, o en el Tibet, o en un iglou en Groenlandia... qué mas dá... No podemos basarnos en la biblia como algo verídico.
La Biblia fue armada, editada, y manipulada para dar sustento a una religión creada por HUMANOS, unificada a la fuerza por un asesino como Constantino, unificando asi el poder politico y religioso, con el objetivo de controlar a la poblacion por medio de la "fe".
Eso todos lo sabemos, lo aceptemos o no. Lamento que a alguien no le guste leer esto, pero es asi.
Lo demás... son detalles....
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Post by FranklinRobert on Mar 26, 2008 7:39:54 GMT -5
Mira Juano, vamos ver si me hago un poquito receptible a lo que sea tu entendimiento sobre significados, lógica, fe y verdad. Aquí todo mundo ha explicitado repetidamente su "Fe" en Jesús. Creemos en Jesús por encima de cualquier "sospecha" o no? "El Espiritu de la Verdad" legado por nuestro Maestro es lo importante?...o son las letras, fechas, referencias, fuentes, opiniones, puntos de vista, dudas y confusiones? Concuerdo que la ciencia nos exija exactitud...mas es necesário obcesivamente esperar, hasta comprobar tal exactitud, para sermos agondonteros? Vemos que la desunión, desentendimientos, destrucción, guerras... continúan desperdiciando y tomando cuenta de nuestras energías...porque insistir en infinitas polémicas por "detalles" que no conducen a lugar ningún y al contrário, nos hunden, cada vez mas, en tenebrosas profundidades de discusiones estériles e inútiles? Cada uno es libre para asumir su personal actitud...pero la mía, con la cual estoy comprometido, es esta: MANOS A LA OBRA DE LA AUTOPERFECCIÓN INTERIOR Y DE LA ACCIÓN ECO-FRATERNAL EXTERIOR...BAJO LA DIRECCIÓN DEL "ESPIRITO DE LA VERDAD".Tu hermano franklin
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Post by Malak hamavet on Apr 1, 2008 11:44:44 GMT -5
Efectivamente querida Daleth, nuestro Señor Jesucristo no pudo resucitar en Domingo.
Empecemos por el principio. Aún si desconociéramos más detalles, la doctrina de hombres de Viernes Santo y Domingo de Resurrección se invalida a sí misma, porque nuestro Señor lo dijo bien y claro:
La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Evangelio según Mateo, cap. 12, vers. 40
Las mentes más libres (y por tanto, más veraces) ya se habrán dado cuenta de que entre la tarde del Viernes y la mañana del Domingo mal caben tres días y tres noches. Tenemos, pues, un problema: o Jesús mintió, sabiendo que permanecería sepultado la mitad del tiempo que decía, o se equivocó, inconcebible en la divinidad encarnada, o esta división temporal es una pantomima.
Analizando un poco más el tema, veremos que lo último será, precisamente, lo cierto.
Para ello, debemos ir poco a poco. Sabemos que Jesús debió resucitar al cabo de tres días y tres noches, esto es, 72 horas. Si nuestro Dios es Dios, es un Dios exacto y veraz, y tres días y tres noches suman esa cantidad. Así, podemos saber a qué hora se produjo el milagro. La Escritura nos dice que la muerte en la cruz tuvo lugar sobre la hora novena (alrededor de las 3:00 pm hora continental). La sepultura, pues, ocurrió entre las 3 y las 6 de la tarde. Los hebreos debían celebrar esa noche la cena pascual tal y como lo dice Mateo en el capítulo 26 de su Evangelio, por lo que el día siguiente era declarado día de reposo de gran solemnidad (Juan 19, 14 y Números 28, 16-17).
La confusión proviene, sin duda, de que las fiestas religiosas hebreas eran señaladas como días de reposo, el mismo calificativo que recibe el Sábado común. Al afirmar en varios pasajes que la muerte de Cristo tuvo lugar en el día de preparación a la jornada de reposo, se ha llegado a asumir que debió ocurrir Viernes. Craso error.
Sabemos que el primer día de la semana, esto es, el Domingo (pues así funciona el calendario hebreo) nuestro Señor ya había resucitado. Sabemos que debió resucitar antes del anochecer. Podemos concluir que, en efecto, resucitó Sábado por la tarde. Y milagrosamente, eso concuerda perfectamente con el resto de la Escritura.
Si comparamos Marcos 16, 1 con Lucas 23, 55-56 veremos que las mujeres que acompañaban a Jesús vieron el sitio donde fue sepultado el cuerpo del Maestro, descansaron un día de reposo, compraron las especias aromáticas y los perfumes, descansaron otro día de reposo y tras éste último, el primer día de la semana, encontraron el sepulcro vacío. Esa es la clave: esa semana acontecieron dos días de reposo, el Sábado habitual y el día de la fiesta solemne de la pascua. Esta fiesta solemne, que se señalaba al día siguiente a la cena pascual (noche en que fue instaurada la Cena del Señor o eucaristía), es distinta al día de reposo habitual (Sábado) y por el contexto podemos inferir que cayó Jueves, permitiendo la compra de perfumes en el día intermedio. Existe una prueba más, totalmente final. En la traducción de Ferran Fenton, una de las primeras traducciones al inglés del original griego de los evangelios, en Mateo 28,1 se habla de «Tras los sábados» debido a que, precisamente, el término griego original que refiere esos días de reposo es plural.
Esa semana pascual, Semana Santa de nueva creación, contuvo dos días de reposo con un día común separándolos. Si hemos de creer las palabras de Jesús y su señal de Jonás, debemos concluir sin duda que Jesús murió un Miércoles y resucitó un Sábado.
Una curiosidad. Según la profecía de las setenta semanas de Daniel, la predicación del Mesías duraría media semana (esto es, tres años y medio) y sería muerto a mitad de semana (esto es, Miércoles).
Una objeción aclarada. En Marcos 16, 9 se lee que Jesús resucitó el primer día de la semana. Es un error de puntuación, cuya simbología no usaba el griego original. Una coma mal situada cambia el significado de toda la frase: no había Jesús resucitado el primer día de la semana, sino que ese día, habiendo ya resucitado (antes) se apareció a ciertas personas.
Pero si existe un error salvaje en la fijación de los días de la pasión, más salvaje es el propio concepto de procesión de Semana Santa a ojos de las Escrituras.
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Post by FranklinRobert on Apr 1, 2008 18:39:12 GMT -5
Tienes el derecho Miguel de creer lo que quieras creer...pero adonde están tus 72 horas?
De todas maneras, sea como sea, esto para mí no tiene mayor importáncia. Ni los própios seres angelicales no entienden cien por ciento lo que se pasó.
Pero estes relatos del LU son para mí, mucho mas coherentes, detallados y lógicos...por lo tanto, mas convincentes.
El VIERNES DIA DE SU MUERTE EN LA CRUZ
....La última solicitud que hizo el Jesús mortal a sus semejantes ocurrió alrededor de la una y media cuando, por segunda vez, dijo: «Tengo sed», y el mismo capitán de la guardia nuevamente le mojó los labios con la misma esponja mojada en el vino agrio, que en aquellos días se llamaba comúnmente vinagre. La tormenta de arena aumentó en intensidad y los cielos se oscurecieron cada vez más. Aún permanecían allí los soldados y el pequeño grupo de creyentes. Los soldados estaban acuclillados cerca de la cruz, todos juntos para protegerse de la arena cortante. La madre de Juan y otros vigilaban a cierta distancia, bajo la escasa protección de una roca voladiza. Cuando el Maestro finalmente exhaló su último aliento, estaban al pie de su cruz Juan Zebedeo, su hermano Judá, su hermana Ruth, María Magdalena y Rebeca, anteriormente de Séforis....
...Era poco antes de las tres cuando Jesús clamó a gran voz: «¡Consumado es! Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Después de hablar así, bajó la cabeza y abandonó la lucha por la vida. Cuando el centurión romano vio como Jesús había muerto, se golpeó el pecho y dijo: «Éste era realmente un hombre justo; de cierto debe haber sido un Hijo de Dios». Desde ese momento empezó a creer en Jesús.
Jesús murió majestuosamente —tal como había vivido. Él admitió libremente su realeza y permaneció dueño de la situación durante todo ese día trágico. Él por su propia voluntad pasó por una muerte ignominiosa después de proveer la seguridad de sus apóstoles elegidos. Sabiamente refrenó la violencia peligrosa de Pedro y dispuso de que Juan permaneciera junto a él hasta el fin de su existencia mortal. Reveló su verdadera naturaleza al mortífero sanedrín y recordó a Pilato la fuente de su autoridad soberana como Hijo de Dios. Salió para el Gólgota cargando el travesaño de su cruz y terminó su autootorgamiento amante encomendando su espíritu de adquisición mortal al Padre del Paraíso. Después de semejante vida —y semejante muerte— el Maestro realmente podía decir: «Consumado es».
Porque este día era el día de preparación tanto para la Pascua como para el sábado, los judíos no querían que los cadáveres quedaran exhibidos en el Gólgota. Por lo tanto, fueron ante Pilato pidiendo que se le rompieran las piernas a estos tres hombres y fueran despachados y así pudieran ser bajados de la cruz y echados a las fosas de los criminales antes de la puesta del sol. Cuando Pilato escuchó esta solicitud, inmediatamente mandó a tres soldados a que les rompieran las piernas y terminaran con Jesús y con los dos bandidos....
...El día y medio que yació el cuerpo mortal de Jesús en la tumba de José, el período entre su muerte en la cruz y su resurrección, constituye un capítulo de la carrera terrenal de Micael del cual poco sabemos. Podemos narrar la sepultura del Hijo del Hombre y poner en este registro los acontecimientos asociados con su resurrección, pero no podemos proporcionar mucha información de naturaleza auténtica sobre lo que realmente ocurrió durante este período de aproximadamente treinta y seis horas, desde las tres de la tarde del viernes hasta las tres de la mañana del domingo. Este período de la carrera del Maestro comenzó poco antes de que los soldados romanos lo bajaran de la cruz. Colgó de la cruz aproximadamente una hora después de su muerte. Hubiera sido bajado antes pero hubo demora en acabar con los dos bandidos.....
....Mientras tanto, José de Arimatea, acompañado de Nicodemo, había ido ante Pilato pidiendo que les fuera entregado el cuerpo de Jesús para darle sepultura adecuada. No era infrecuente que los amigos de los crucificados sobornaran a las autoridades romanas para obtener el privilegio de disponer de los restos. José fue ante Pilato con una gran suma de dinero, en caso de que fuera necesario pagar por el permiso de trasladar el cuerpo de Jesús a un sepulcro privado. Pero Pilato no quiso aceptar dinero por esto. En cuanto oyó la solicitud, en seguida firmó la orden que autorizaba a José a ir al Gólgota y tomar posesión inmediata y plena de los restos del Maestro. Mientras tanto, habiendo amainado considerablemente la tormenta de arena, un grupo de judíos que representaban al sanedrín fue al Gólgota con el propósito de asegurarse de que el cadáver de Jesús fuera arrojado junto con los de los bandidos a la fosa pública abierta.
EL ENTIERRO DE JESÚS
Cuando José y Nicodemo llegaron al Gólgota, encontraron que los soldados estaban bajando a Jesús de la cruz y los representantes del sanedrín estaban de pie cerca para asegurarse de que ninguno de los seguidores de Jesús impidiera que su cadáver fuera llevado a las fosas comunes de los criminales. Al presentar José al centurión la orden de Pilato de que le entregara el cadáver del Maestro, los judíos levantaron un tumulto y clamaron por su posesión. En su ira intentaron apoderarse del cuerpo por la fuerza; ante esta acción, el centurión llamó junto a él a cuatro de sus soldados que, desenvainando las espadas, protegieron el cuerpo del Maestro que yacía sobre el suelo. El centurión ordenó que los otros soldados dejaran a los dos ladrones y controlaran a la multitud airada de judíos enfurecidos. Cuando se hubo restaurado el orden, el centurión leyó a los judíos el permiso de Pilato y, haciéndose a un lado, dijo a José: «Este cuerpo es tuyo para que hagas lo que creas conveniente. Yo y mis soldados permaneceremos aquí para asegurarnos de que nadie interfiera»
Una persona crucificada no podía ser enterrada en un cementerio judío; existía una ley estricta contra este procedimiento. José y Nicodemo conocían esta ley, y saliendo del Gólgota decidieron enterrar a Jesús en el nuevo sepulcro de la familia de José, forjado en roca sólida, ubicado a corta distancia al norte del Gólgota, del otro lado del camino que conducía a Samaria. Nadie yacía aún en este sepulcro, y pensaron que era apropiado que allí reposara el Maestro. José realmente creía que Jesús resucitaría de entre los muertos, pero Nicodemo tenía muchas dudas. Estos ex miembros del sanedrín habían mantenido su fe en Jesús más o menos en secreto, aunque sus consanedristas tenían sospechas desde hacía mucho tiempo, aun antes de que ellos se retiraran del concilio. De aquí en adelante, se convirtieron en los discípulos más francos de Jesús en todo Jerusalén.
A eso de las cuatro y media la procesión fúnebre de Jesús de Nazaret partió del Gólgota en dirección al sepulcro de José, del otro lado de la carretera. El cuerpo estaba envuelto en un sudario de lino y lo llevaban cuatro hombres, seguidos por las fieles mujeres de Galilea. Los mortales que llevaron el cuerpo material de Jesús a la tumba fueron: José, Nicodemo, Juan y el centurión romano.
Transportaron los restos hasta el sepulcro, una cámara de unos tres metros cuadrados, y allí rápidamente lo prepararon para la sepultura. Los judíos en realidad no sepultaban a sus muertos; los embalsamaban. José y Nicodemo habían traído grandes cantidades de mirra y aloe, y procedieron a envolver el cuerpo con vendajes saturados en estas soluciones. Cuando terminaron el proceso de embalsamamiento, ataron un paño alrededor de la cara, envolvieron el cuerpo en un sudario de lino, y con reverencia lo depositaron en un anaquel de la tumba.
Una vez que estuvieron los restos en la tumba, el centurión señaló a sus soldados que ayudaran a hacer rodar la piedra que sellaba la entrada del sepulcro. Después los soldados procedieron a Gehena con los cadáveres de los bandidos, mientras los demás volvían a Jerusalén, acongojados, para cumplir con la Pascua según las leyes de Moisés.
El entierro de Jesús se hizo de prisa y con apuro, porque era la vigilia del sábado. Los hombres se apresuraron de vuelta a la ciudad, pero las mujeres permanecieron junto a la tumba hasta que se hizo muy de noche.
Mientras ocurría todo esto, las mujeres estaban escondidas allí cerca, de modo que vieron todo y observaron adonde había sido sepultado el Maestro. Lo hicieron así, porque no les estaba permitido a las mujeres asociarse con los hombres en momentos como éste. Estas mujeres pensaban que Jesús no había sido preparado en forma adecuada para el entierro, y acordaron entre ellas regresar a la casa de José, descansar el sábado, preparar especias y ungüentos, y retornar el domingo por la mañana para preparar los restos del Maestro en forma adecuada para el reposo de la muerte. Las mujeres que así permanecieron junto a la tumba este viernes por la noche fueron: María Magdalena; María la mujer de Clopas; Marta, otra hermana de la madre de Jesús, y Rebeca de Séforis.
Aparte de David Zebedeo y José de Arimatea, muy pocos de los discípulos de Jesús comprendían ni lo creían realmente que él resucitaría de la tumba el tercer día.
LA VIGILANCIA DE LA TUMBA
Aunque los seguidores de Jesús no hicieron caso de su promesa de resucitar de la tumba el tercer día, sus enemigos sí la recordaron. Los altos sacerdotes, los fariseos y los saduceos recordaban que habían recibido informes según los cuales él había dicho que resucitaría de entre los muertos.
Este viernes por la noche, después de la cena pascual, alrededor de la media noche, un grupo de líderes judíos se reunió en la casa de Caifás, y allí discutieron sus temores sobre las afirmaciones del Maestro de que resucitaría de entre los muertos al tercer día. Esta reunión finalizó con el nombramiento de un comité de sanedristas con la misión de apersonarse ante Pilato temprano al día siguiente, llevando la solicitud oficial del sanedrín de que se apostara una guardia romana ante la tumba de Jesús para impedir que sus amigos la tocaran. El portavoz de este comité dijo a Pilato: «Señor, recordamos que este engañador, Jesús de Nazaret, dijo, cuando estaba vivo: “Resucitaré al cabo de tres días”. Por lo tanto nos presentamos ante ti para solicitar que emitas órdenes para asegurar el sepulcro contra sus seguidores, por lo menos hasta después del tercer día. Mucho tememos que los discípulos vayan y se roben el cuerpo durante la noche afirmando luego ante el pueblo que él resucitó de entre los muertos. Si permitimos que esto suceda, este error podría ser mucho peor de lo que hubiera sido permitirle que siguiera viviendo»...
.....Cuando Pilato oyó esta solicitud de los sanedristas, dijo: «Os daré una guardia de diez soldados. Id por vuestro camino y aseguraos de que la tumba esté a salvo». Volvieron al templo, juntaron a diez de sus propios guardianes, y se marcharon a la tumba de José, aunque era sábado por la mañana, con estos diez guardianes judíos y diez soldados romanos, para colocarlos de centinela ante la tumba. Estos hombres hicieron rodar una piedra más ante la tumba y colocaron el sello de Pilato alrededor de estas piedras y sobre ellas, para asegurarse de que nadie las moviese sin el conocimiento de ellos. Y estos veinte hombres permanecieron en vigilia hasta la hora de la resurrección, los judíos les traían alimentos y bebidas.
DURANTE EL SÁBADO
Durante todo este sábado los discípulos y los apóstoles permanecieron ocultos, mientras todo Jerusalén hablaba de la muerte de Jesús en la cruz. Había casi un millón y medio de judíos presentes en Jerusalén en ese momento, que provenían de todas partes del imperio romano y de Mesopotamia. Era éste el comienzo de la semana de Pascua, y todos estos peregrinos que estaban en la ciudad se enterarían de la resurrección de Jesús y llevarían la nueva a sus sitios de origen.
Ya avanzada la noche del sábado, Juan Marcos convocó en secreto a los once apóstoles para que fueran a la casa de su padre, donde, poco antes de la medianoche, se reunieron en el mismo aposento superior donde dos noches antes habían compartido la última cena con su Maestro....
.... No podemos explicar con exactitud qué le ocurrió a Jesús de Nazaret durante el transcurso de ese día y medio en que supuestamente estuvo reposando en la nueva tumba de José de Arimatea. Aparentemente murió la misma muerte natural en la cruz que hubiese sufrido cualquier otro mortal en las mismas circunstancias. Le oímos decir: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». No comprendemos plenamente el significado de esa declaración puesto que su Ajustador del Pensamiento había sido personalizado con mucha anterioridad, y por consiguiente sostenía una existencia por separado del ser mortal de Jesús. El Ajustador Personalizado del Maestro no podía de ninguna manera ser afectado por su muerte física en la cruz. Lo que Jesús puso por ese momento en manos del Padre debe haber sido la contraparte espiritual del trabajo temprano del Ajustador al espiritizar la mente mortal para permitir la transferencia de la transcripción de la experiencia humana a los mundos de estancia. Debe haber habido cierta realidad espiritual en la experiencia de Jesús análoga a la naturaleza del espíritu, o alma, de los mortales de fe creciente en las esferas. Pero esto es simplemente nuestra opinión —no sabemos en verdad qué fue lo que Jesús encomendó a su Padre.
Sabemos que la forma física del Maestro reposó allí en la tumba de José hasta las tres de la mañana del domingo aproximadamente, pero estamos totalmente inciertos con respecto al estado de la personalidad de Jesús durante ese período de treinta y seis horas. En algunas ocasiones nos hemos atrevido a explicarnos a nosotros mismos estas cosas más o menos como sigue:
1. La conciencia de ser Creador Micael debe haber estado separada y totalmente libre de su mente mortal asociada a la encarnación física.
2. Sabemos que el ex Ajustador del Pensamiento de Jesús estuvo presente en la tierra durante este período y al mando personal de las huestes celestiales reunidas.
3. La identidad espiritual adquirida del hombre de Nazaret, que se fue desarrollando durante su vida en la carne, primero, mediante los esfuerzos directos de su Ajustador del Pensamiento, y más tarde, mediante su perfecto ajuste personal entre las necesidades físicas y los requisitos espirituales de la existencia mortal ideal, llevado a cabo a través de su constante decisión de cumplir la voluntad del Padre, debe haber sido confiada a la custodia del Padre en el Paraíso. No sabemos si esta realidad espiritual verdaderamente volvió para formar parte de la personalidad resucitada, pero creemos que sí. Pero existen en el universo los que sostienen que esta identidad de alma de Jesús reposa ahora en el «seno del Padre», y será después liberada para asumir el liderazgo del Cuerpo de la Finalidad de Nebadon en su destino desconocido en relación con los universos aun no creados de los reinos sin organizar del espacio exterior.
4. Creemos que la conciencia humana o mortal de Jesús durmió durante estas treinta y seis horas. Tenemos motivo para creer que el Jesús humano nada supo de lo ocurrido en el universo durante este período. Para la conciencia mortal no existió ese lapso; la resurrección de la vida siguió al sueño de la muerte como si fuera el mismo instante.
Y esto es casi todo lo que podemos afirmar sobre el estado de Jesús durante este período en la tumba. Existe una cantidad de hechos correlacionados a los que podemos aludir, aunque apenas si tenemos la suficiente capacidad para atrevernos a interpretarlos.
En el gran patio de las salas de resurrección del primer mundo de estancia de Satania, se puede observar actualmente una magnífica estructura materialmorontial conocida con el nombre de «Monumento conmemorativo de Micael», que ahora lleva el sello de Gabriel. Este monumento fue creado poco después de la partida de Micael de este mundo, y lleva esta inscripción: «En memoria del paso mortal de Jesús de Nazaret de Urantia».
Existen registros que muestran que durante este período el concilio supremo de Salvingtón, constituido por cien miembros, celebró una reunión ejecutiva en Urantia bajo la presidencia de Gabriel. También hay registros que muestran que los Ancianos de los Días de Uversa se comunicaron con Micael sobre el estado del universo de Nebadon durante este período.
Sabemos que por lo menos se transmitió un mensaje entre Micael y Emanuel de Salvingtón mientras el cuerpo del Maestro yacía en la tumba.
Existen muy buenos motivos para que creamos que alguna personalidad se sentó en el trono de Caligastia en el concilio del sistema de los Príncipes Planetarios en Jerusém que se reunió mientras el cuerpo de Jesús reposaba en la tumba.
Los registros de Edentia indican que el Padre de la Constelación de Norlatiadek estaba en Urantia, y que recibió instrucciones de Micael durante este período de estadía en la tumba.
También existen muchas otras pruebas que indican que no toda la personalidad de Jesús estaba dormida e inconsciente durante este período de muerte física aparente.
El viernes por la tarde, poco después del entierro de Jesús, el jefe de los arcángeles de Nebadon, a la sazón presente en Urantia, convocó su concilio para la resurrección de las criaturas volitivas durmientes y empezó a considerar las posibles técnicas de restitución de Jesús. Estos hijos del universo local, las criaturas de Micael, reunidos tomaron esta decisión por sí solos; Gabriel no los había convocado. A medianoche ya habían llegado a la conclusión de que la criatura nada podía hacer para facilitar la resurrección del Creador. Estaban dispuestos a aceptar el consejo de Gabriel, quien les instruyó que, puesto que Micael había «dado su vida por su propio y libre albedrío, tiene también el poder de volver a tomar posesión de ésta según su propia decisión». Poco después de que se levantara este concilio de arcángeles, los Portadores de Vida, y sus varios asociados en la tarea de rehabilitación de la criatura y de creación morontial, el Ajustador Personalizado de Jesús, personalmente a cargo de las huestes celestiales reunidas en ese momento en Urantia, dijo estas palabras a los espectadores en ansiosa espera:
«Ninguno de vosotros puede hacer nada para ayudar a vuestro Padre creador a retornar a la vida. Como mortal del reino él ha experimentado la muerte mortal; como Soberano de un universo, él vive. Lo que observáis es el tránsito mortal de Jesús de Nazaret de la vida en la carne a la vida en la morontia. El tránsito espiritual de este Jesús fue completado en el momento en que yo me separé de su personalidad y asumí el cargo de director temporal de vosotros. Vuestro Padre-creador ha elegido pasar a través de la experiencia total de sus criaturas mortales, desde el nacimiento en los mundos materiales, a través de la muerte natural y la resurrección morontial, hasta el estado de existencia espiritual verdadera. Estáis a punto de observar cierta fase de esta experiencia, pero no podéis participar en ésta. Esas cosas que vosotros ordinariamente hacéis por la criatura, no podéis hacerlas por el Creador. Un Hijo Creador tiene en sí mismo el poder de autootorgarse en semejanza de cualquiera de sus hijos creados; él tiene en sí mismo el poder de ofrendar su vida observable y de volver a poseerla; y él tiene este poder por mando directo del Padre del Paraíso, y yo sé de qué yo digo».
Cuando escucharon las palabras del Ajustador Personalizado, todos ellos, desde Gabriel hasta el querubín más humilde, adoptaron una actitud de ansiosa expectativa. Veían el cuerpo mortal de Jesús en el sepulcro; detectaban síntomas de la actividad universal de su Soberano amado; y como no comprendían estos fenómenos, esperaron pacientemente lo que sobrevendría.
A las dos cuarenta y cinco del domingo por la madrugada, la comisión de encarnación del Paraíso, formada de siete personalidades del Paraíso no identificadas, llegó al sitio, desplegándose inmediatamente alrededor del sepulcro. A las tres menos diez, comenzaron a emanar del nuevo sepulcro de José intensas vibraciones de actividades materiales y morontiales combinadas, y dos minutos después de las tres este domingo por la mañana, 9 de abril del año 30 d. de J.C., la forma y personalidad morontial resucitada de Jesús de Nazaret salió del sepulcro.
Cuando Jesús resucitado emergió de su tumba, el cuerpo de carne en el que había vivido y trabajado en la tierra por casi treinta y seis años aún yacía allí en el nicho del sepulcro, tal cual y envuelto en el sudario de lino, tal como lo dispusieran para su reposo José y sus asociados el viernes por la tarde. La piedra de la entrada del sepulcro tampoco fue movida para nada; el sello de Pilato permanecía intacto; los soldados aún estaban de centinela. Los guardianes del templo habían permanecido continuamente de guardia; la guardia romana fue reemplazada a la medianoche. Ninguno de estos seres vigilantes sospechó que el objeto de su vigila se había levantado, en una nueva y más alta forma de existencia, y que el cuerpo que ellos estaban vigilando ya no era sino un indumento exterior desechado, ya sin conexión alguna con la personalidad morontial entregada y resucitada de Jesús.
Poco después de las cuatro y media de este domingo por la madrugada, Gabriel convocó a su lado a los arcángeles y se preparó para inaugurar la resurrección general del fin de la dispensación adánica en Urantia. Cuando las vastas huestes de serafines y de querubines que participaban en este gran acontecimiento se organizaron en formación apropiada, apareció ante Gabriel, el Micael morontial diciendo: «Así como mi Padre tiene vida en sí mismo, también ha dado al Hijo el poder de tener vida en sí mismo. Aunque todavía no he vuelto a tomar plenamente el ejercicio de la jurisdicción universal, esta limitación autoimpuesta no restringe de ninguna manera el don de la vida sobre mis hijos dormidos; que se comience a pasar lista para la resurrección planetaria».
....A medida que nos acercamos al momento de la resurrección de Jesús, este domingo por la madrugada, es bueno recordar que los diez apóstoles permanecían en la casa de Elías y María Marcos, durmiendo en el aposento superior, descansando en los mismos divanes en los que se habían reclinado durante la última cena con su Maestro. Este domingo por la mañana estaban todos allí reunidos, excepto Tomás. Tomás permaneció con ellos por unos minutos cuando se reunieron inicialmente tarde por la noche del sábado, pero, ver a los apóstoles, y pensando a la vez en lo que le había sucedido a Jesús, fue demasiado para él. Contempló a sus asociados e inmediatamente abandonó el cuarto, yéndose a la casa de Simón en Betfagé, donde pensaba lamentarse de sus tribulaciones a solas. Todos los apóstoles sufrían, no tanto por la duda y la desesperación sino más bien por el temor, la pena y la vergüenza.
En la casa de Nicodemo se encontraban reunidos, con David Zebedeo y José de Arimatea, unos doce o quince de los más prominentes discípulos de Jesús en Jerusalén. En la casa de José de Arimatea había unas quince a veinte de las principales mujeres creyentes. Estas mujeres eran las únicas que moraban en la casa de José, y como se habían quedado adentro durante las horas del sábado y las de la noche después del sábado, no sabían que había una guardia militar vigilando la tumba; tampoco sabían que habían hecho rodar una segunda piedra frente a la tumba, y que ambas piedras habían sido selladas con el sello de Pilato. EL DOMINGO DE LA RESURRECCIÓN
Poco antes de las tres de la mañana de este domingo, cuando empezaron a aparecer los albores del día al este, cinco de estas mujeres salieron en dirección al sepulcro de Jesús. Habían preparado abundancia de lociones especiales para embalsamar, y llevaban muchos vendajes de lino con ellas. Querían preparar mejor el cuerpo de Jesús con los ungüentos fúnebres y envolverlo más cuidadosamente con vendajes nuevos.
Las mujeres que salieron en esta misión de ungir el cuerpo de Jesús fueron: María Magdalena, María la madre de los gemelos Alfeo, Salomé la madre de los hermanos Zebedeo, Joana la mujer de Chuza, y Susana la hija de Ezra de Alejandría.
Eran aproximadamente las tres y media cuando las cinco mujeres, cargadas con sus ungüentos, llegaron frente a la tumba vacía. Al salir por la puerta de Damasco, encontraron a un grupo de soldados que huía despavorido hacia la ciudad, y esto hizo que se detuvieran ellas por unos minutos; pero como no ocurrió nada más, prosiguieron.
Mucho se sorprendieron cuando vieron que la piedra de la entrada del sepulcro estaba corrida, puesto que al emprender el camino comentaron entre ellas: «¿Quién nos ayudará a hacer rodar la piedra?» Apoyaron su carga en el suelo, intercambiando miradas de temor y gran asombro. Titubearon allí de pie, temblando de miedo, María Magdalena se aventuró a asomarse, dándole la vuelta a la piedra más pequeña, hasta atreverse a entrar al sepulcro abierto. Este sepulcro de José estaba situado en su jardín, en la pendiente de la colina, sobre la vertiente este del camino, y también miraba al este. A esta hora temprana, apenas si había suficiente luz del amanecer del nuevo día para que María mirara hacia el sitio en donde yacían los restos del Maestro, y discerniera que ya no estaban allí. En el nicho de piedra donde había yacido Jesús, María vio tan sólo el paño doblado sobre el que reposara su cabeza y los vendajes que le habían envuelto, intactos, dispuestos sobre la laja tal cual lo habían estado antes de que las huestes celestiales sacaran el cuerpo. La sábana que lo cubría yacía al pie del nicho fúnebre.
Después de permanecer María en la entrada del sepulcro por unos momentos (inicialmente no pudo distinguir claramente dentro del sepulcro), vio que ya no estaba el cadáver de Jesús y que en su lugar tan sólo quedaban las envolturas fúnebres, y dio un grito de alarma y angustia. Todas las mujeres estaban enormemente nerviosas; estaban sobre ascuas desde que se toparon con los soldados despavoridos junto a la puerta de la ciudad, y cuando María gritó de angustia, cayeron presas del terror, huyendo de gran prisa. Corrieron sin detenerse para nada todo el camino hasta la puerta de Damasco. Allí, a Joana le remordió la conciencia por haber abandonado a María; reunió a sus compañeras, y se encaminaron nuevamente al sepulcro.
Se iban acercando a la tumba, cuando Magdalena, despavorida, aun más espantada porque al salir de la tumba descubrió que sus hermanas no la estaban esperando, corrió hacia ellas, exclamando agitadamente: «No está —¡se lo han llevado!» y las condujo de vuelta a la tumba, y todas ellas entraron y vieron que estaba vacía.
Las cinco mujeres se sentaron entonces sobre la piedra cerca de la entrada y discutieron la situación. Aún no se les había ocurrido que Jesús hubiera resucitado. Habían permanecido a solas todo el día sábado, y conjeturaron que el cuerpo había sido trasladado a otro lugar de reposo. Pero al reflexionar sobre tal solución de su dilema, no pudieron entender por qué los mantos fúnebres estaban tan ordenadamente dispuestos; ¿cómo podían haber sacado el cuerpo si los vendajes mismos en los que estaba envuelto habían quedado en la misma posición y aparentemente intactos sobre el anaquel fúnebre?
Mientras estas mujeres estaban allí sentadas en las horas tempranas del amanecer de este nuevo día, miraron hacia un lado y observaron a un extraño silencioso e inmóvil. Nuevamente se asustaron por un instante, pero María Magdalena, corriendo hacia él y dirigiéndosele como si pensara que tal vez fuera el jardinero, dijo: «¿Dónde habéis llevado al Maestro? ¿Dónde lo han enterrado? Dínoslo para que podamos ir y buscarlo». Como el extraño no le contestó a María, ella se puso a llorar. Entonces les habló Jesús, diciendo: «¿A quién buscáis?» María dijo: «Buscamos a Jesús, quien fue enterrado para reposar en el sepulcro de José, pero se ha ido. ¿Sabes tú adónde le han llevado?» Entonces dijo Jesús: «¿Acaso no os dijo este Jesús, aun en Galilea, que moriría, pero que volvería a resucitar?» Estas palabras asombraron a las mujeres, pero el Maestro tanto había cambiado, que ellas no le reconocieron cuando él se encontraba allí, de espaldas ante la escasa luz. Mientras ellas reflexionaban sobre sus palabras, él se dirigió a Magdalena con voz conocida, diciendo: «María». Cuando ella oyó esa palabra bien conocida de misericordia y salutación afectuosa, supo que era la voz del Maestro, y se arrojó de rodillas a sus pies exclamando: «¡Mi Señor, y mi Maestro!» Y todas las demás mujeres reconocieron que era el Maestro quien estaba de pie ante ellas en forma glorificada, y rápidamente se arrodillaron ante él.
Estos ojos humanos pudieron ver la forma morontial de Jesús debido al ministerio especial de los transformadores y de los seres intermedios, en asociación con algunas de las personalidades morontiales que en ese entonces acompañaban a Jesús.
Al intentar María abrazar sus pies, Jesús dijo: «No me toques, María, porque no soy como me conociste en la carne. En esta forma permaneceré con vosotros por una temporada antes de ascender al Padre. Pero id, todas vosotras, ahora y decid a mis apóstoles, y a Pedro, que yo he resucitado, y que habéis hablado conmigo».
CREEMOS EN JESÚS POR ENCIMA DE CUALQUIER “SOSPECHA” Y “MAL ENTENDIDOS?
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Post by FranklinRobert on Apr 2, 2008 7:15:34 GMT -5
Querida Daleth:
Cuando este Ajustador (que es el mismo que habitó la Mente de Maquiventa Melquisedec) se separó de Jesús durante Su bautismo y pocos momentos después, esta entidad divina regresó de "Diviningtón" como un Ajustador Personalizado ya no está en lo "incualificado", o sea en la "cajita"...
El, no adquirió la "Personalidad" de Jesús (cuya Personalidad es la de Michael, soberano de Nebadon) y si una nueva "Personalidad" otorgada directamente por el Padre en "Diviningtón".
Este Ajustador que habitó la Mente de Jesús, hasta su bautismo, fué Quien anunció (mientras Juan ponía sus manos para bautizarlo, pudiendo Jesús ver a su propio ex Espíritu divino descendiendo sobre él) después de regresar en forma personalizada decir: «Éste es mi Hijo amado en quien tengo complacencia»
Juan y dos de los hermanos de Jesús que también estaban presentes, también oyeron estas palabras... pero sólo los ojos de Jesús contemplaron al Ajustador Personalizado que es el Jefe Coordenador de todos los Ajustadores que habitan los seres humanos del Universo de Nebadon y es conocido aquí por algunos seres humanos (entre los cuales yo me incluyo) como "SANANDA"
Tu hermano, amigo y compañero franklin
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